Poder decir adiós es crecer.
Gustavo Cerati
La utopía en el horizonte. Camino dos pasos,
ella se aleja dos pasos y el horizonte
se corre diez paso más allá.
¿Entonces para que sirve la utopía?
-Para eso, sirve para caminar.
Eduardo Galeano
Solía pensar que cuando todo se haya ido, yo aún estaría ahí, y no estoy allí ni allá sino acá descansando de todo, de los miedos que tenía, de las mañanas tristes y ajetreadas entre clases, de las tardes tristes y cansadas, de las noches tristes y esperanzadas en el día siguiente. Lamento lo sucedido más por mí que por él, lamento todo por mis buenos amigos, y los muy buenos amigos, por mi familia que se representa con ella, mi mamá.
Y no sabía que quería, no sabía dónde quería estar ni a dónde quería ir, la dependencia es brutal, en serio, nos embrutece, abruma todo, empaña los vidrios. Ahora no puedo decir que sé a dónde voy, pero sé a dónde no debo ir, y es un buen comienzo; por que los nuevos comienzos son infinitos, porque la vida solo estará terminada cuando estemos muertos, cuando estemos bajo tierra y nuestros sueños sean cenizas.
Me estoy recuperando, o estoy comenzando a hacerlo.
Estoy escuchando las canciones que me hacen feliz, estoy tratando de serlo.
Alguna vez prometí quedarme en algún lugar para siempre, querer a alguien por siempre, prometí muchas cosas más, cosas que probablemente no lleguen a mi mente inmediatamente porque no fueron cumplidas, puedo parecer una persona imposible de confiar, porque sé romper promesas, sé irme y no lo quería hacer, no lo quería porque tuve miedo a la soledad, a ser joven y no tener una razón física para llorar, porque no tendría en quién pensar durante las tardes- mi corazón no es selectivo, debo aclarar- no habían motivos ni nada que me hicieran ver que estaba en oscuridad total, solo personas a mi lado tratando de sacarme del hoyo en el que me fui metiendo más y más, entonces estaba ciega y no quería irme; y en eso pasa, sucede todo lo que ya no puedes tapar, lo que tiene que suceder para que puedas desprenderte, pasan cosas que ya no puedes ocultar, que ya no puedes hacer como si nunca sucedieron, y miras hacia atrás y recuerdas todo lo que perdiste, todo lo que no pudiste solucionar, todo lo que no lograste con esa persona y recuerdas también que alguna vez fuiste feliz. Deseas regresar a ese segundo, solo a ese momento y no puedes, no debes, ya reaccionaste y estas cansada, cansada de mentiras, de cosas superfluas, de peleas, de que en la simpleza total no te quieran, porque podrás haber tenido un segundo de felicidad, pero eso no cambia las horas, días, semanas y meses en los que buscabas por todos los lados de esa persona un poco de amor. Porque "amor" era lo que para mí justificaba todo lo que nos sucedió, porque "amor" para mí era lo que hacía que me quedará ahí; entonces resaltaron con verde fluorescente las mentiras, las falsas personalidades, las simplezas, la falta de detalles del día a día, las palabras que nunca significaron para él lo que para mí. Y en serio es verdad cuando el cansancio puede más que todo, cuando la decepción lo copa todo por completo, cuando todo lo que querías y todo lo que habías querido estaba basado en una mentira. Después de esto solo te queda sentir y creer que en verdad la vida sigue, que pasarán los años y te reirás de que alguna vez tu corazón se rompió miles de veces con la misma persona, te reirás de haber confiado y de haberlo dado todo, de la crueldad de la vida y los caminos fríos de salaverry y te reirás porque pase lo que pase eso simplemente ya paso.
Después de todo te queda mucho por hacer, sentirte bien, vivir, vivir para morir sintiendo que conociste la felicidad y los escalones en falso y y las historias que no regresan.
Al principio cuando escoges no regresar, escoges también significados diferentes, palabras distintas, conoces gente, te alejas de personas, intentas perdonarte cosas que antes ni siquiera intentaste perdonarte, dejas de pasar por los mismos lugares, intentas que tus conversaciones sean en torno a muchas otras cosas y nunca sobre él, intentas que la vida sea diferente, nunca igual, aunque digas que si y es que nada de lo que hagas podrá regresarte a esos años, a esos días de montaña rusa y en el fondo sabes que es mejor que así sea.
Y pasan los años o los meses, te levantas un día, tomas café, estas bien realmente, comienzas a reír de verdad, sanaste sin darte cuenta, ya puedes pasar de nuevo por los mismos lugares y ya nada duele, incluso puede que recuerdes que pasaste por allí hace algún tiempo y no le diste significado alguno, y hasta lo comentas y sonríes y puede que también en ese momento estés en la cima en otros aspectos como puede que no y estes en ascenso, pero en ese aspecto tan íntimo tan tuyo, en esa parte especial que dolió tiempo atrás ya nada es igual, nada de lo que fue dolor lo es ahora, te sientes feliz, ya crees en lo que eres y lo que vales.
Finalmente a todo esto: romper promesas nunca fue algo que yo planifiqué, yo solo quería amar y ser amada, tener lo que yo no tuve, poder dar la situación con la que no crecí, una familia en su totalidad. Quería hacer las cosas bien, pero cuando no te aman ya no puedes hacer nada, solo irte, como yo lo hice, salir por la puerta grande sabiendo que hiciste las cosas bien, que hiciste lo que pudiste y aunque te equivocaste te levantaste; con el tiempo solo duelen ya los años que perdiste, los mismos en los que aprendiste a la fuerza que quién no se quiere a si mismo nunca podrá querer a los demás, que quién no se acepta a si mismo no podrá aceptar que otro le dé amor.
Lo peor de esto es que hay un punto en medio de toda la claridad y la oscuridad, un punto en medio de todos los altibajos, donde te das cuenta que eso esta mal o que eso esta bien, ese tal vez sea el mejor punto para salir pero no por ello significa que es el punto en el que siempre las personas nos retiramos. Hay personas como yo que solo lo dejamos pasar, esperamos, rezamos, amamos hasta el último segundo y no salimos de ahí hasta cuando la vida te saca del ahogo y te bota diciendo que esto en definitiva ya no tiene solución contigo allí, y una vez ahí sana y salva ya no hay vuelta atrás, ya lo viviste, ya es realmente la última vez y dejas que la vida pase, que cada uno tome parte de un mundo distinto, que cada uno haga sus cosas, que cada uno pueda crear amor con otros distintos, que cada uno entienda finalmente que hay cosas que solo se viven una vez y nunca pasaran de nuevo con esa persona, es cuando se acabaron las idas y vueltas, es la hora final, es la hora de ir y no volver más.
Lo peor de esto es que hay un punto en medio de toda la claridad y la oscuridad, un punto en medio de todos los altibajos, donde te das cuenta que eso esta mal o que eso esta bien, ese tal vez sea el mejor punto para salir pero no por ello significa que es el punto en el que siempre las personas nos retiramos. Hay personas como yo que solo lo dejamos pasar, esperamos, rezamos, amamos hasta el último segundo y no salimos de ahí hasta cuando la vida te saca del ahogo y te bota diciendo que esto en definitiva ya no tiene solución contigo allí, y una vez ahí sana y salva ya no hay vuelta atrás, ya lo viviste, ya es realmente la última vez y dejas que la vida pase, que cada uno tome parte de un mundo distinto, que cada uno haga sus cosas, que cada uno pueda crear amor con otros distintos, que cada uno entienda finalmente que hay cosas que solo se viven una vez y nunca pasaran de nuevo con esa persona, es cuando se acabaron las idas y vueltas, es la hora final, es la hora de ir y no volver más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario